La intervención en esta casa del centro histórico de Sevilla ha perseguido la inmersión de un estilo fuertemente escandinavo respetando el puramente sevillano que se manifiesta en el mantenimiento de la estructura tipológica, los elementos constructivos principales y sus elementos definitorios.

Así, en esta inmersión, se ha optado por un material puramente local como el mortero de cal y los estucos de cal, de manera generalizada, sobre los muros originales de la vivienda, pero con tonalidades para nada habituales para estos materiales en este entorno propio y sí mas propios del norte de Europa, lo que proporciona un evidente carácter a la vivienda. Los amplios rodapiés de cobre y latón, de tonos tradicionales y por otro lado extrañamente usados en lo local, han sido usados en la vivienda como sustento de la solución de los diversos revestimientos de los paramentos, imprimiéndoles carácter.