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REINVENTANDO INODOROS

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Nada menos que un 40% de la población mundial (unos 2.600 millones de personas) no ha usado jamás un inodoro, sorprendentemente un 10% más que el porcentaje de población que no ha usado un teléfono móvil.

Entre las razones de este elevado porcentaje se encuentra la imposibilidad de acceder a agua suficiente para evacuar los residuos. El inodoro actual solo es posible en regiones del planeta en las que el agua es abundante. Tengamos en cuenta que la cantidad de agua empleada en su uso es diez veces superior a la necesaria para beber.Por este motivo, añadido a que el agua dulce se está convirtiendo en un recurso cada vez más escaso a escala planetaria, sería conveniente desarrollar nuevas tecnologías de tratamiento de residuos fecales humanos que no necesitaran de tanta agua y que, si fuera posible, extrajeran energía o al menos abonos orgánicos u otros productos útiles de tantas toneladas de excrementos como producimos entre todos diariamente.

Uno de los problemas que deben ser superados en el desarrollo de nuevos inodoros es estimular la investigación en este tema. No parece un problema tecnológico crucial este, ni que vaya a proporcionar grandes cantidades de dinero o prestigio a quienes se arriesguen a afrontarlo. Afortunadamente, algunos filántropos modernos han ayudado a incentivar la investigación en este asunto, y uno de ellos es nada menos que el señor Bill Gates, fundador de Microsoft.

Durante un viaje a Sudáfrica, el Sr. Gates se encontró con un experto en saneamiento ambiental, quien le puso al tanto del problema de la falta de inodoros eficaces en el mundo. La Fundación Bill y Melinda Gates convocó entonces el Premio denominado “Reinventa el Inodoro”, dotado con más de 250.000 dólares, con la intención de premiar a los inodoros más innovadores. Además, financió la realización de ocho proyectos que no contaban con financiación propia, estos son los Tres primeros:

Primer premio, dotado con 100.000 dólares, fue obtenido por investigadores del Instituto Tecnológico de California.

El inodoro que presentaron utiliza energía solar (abundante precisamente donde el agua suele ser escasa), para operar un reactor electroquímico que genera hidrógeno a partir de los excrementos. El hidrógeno puede ser almacenado y utilizado para operar el inodoro durante la noche o en días nublados, y el exceso puede ser empleado para generar electricidad.

Segundo premio, dotado con 60.000 dólares, fue otorgado a investigadores de la Universidad de Loughborough, en el Reino Unido. El inodoro presentado es capaz de convertir los excrementos en biomasa, que puede ser utilizada como combustible para obtener calor o electricidad. En el proceso, el inodoro extrae también el agua de los excrementos purificada, la cual al menos puede ser usada para regar.

Tercer premio, dotado con 40.000 dólares, fue concedido a investigadores de la Universidad de Toronto, en Canadá, quienes presentaron un inodoro capaz de deshidratar y quemar luego los residuos secos sin generar humo, dejando el inodoro limpio en 24 horas

Mención especial, dotada también con 40.000 dólares, fue otorgada a investigadores del instituto Eawag, en Dübendorf, Suiza, por el diseño de un inodoro interactivo, que cuenta con un pedal para operar una bomba de reciclaje de agua y tubos transparentes que permiten ver la evolución de la misma al rellenar el depósito. Estimular un uso entretenido de estos inodoros es también parte importante para conseguir su implantación. Además, este diseño puede ser combinado con diferentes tecnologías presentadas al concurso para mejorar sus prestaciones de reciclaje.

Fuente: www.Cienciaes.com