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Proyectando el Centro de Recepción de Visitantes de Mérida. La coordenada Z

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La tipología de domus romana es conocida, por disponer, generalmente estancias organizadas entorno a  un patio central (o varios de ellos ejecutados sucesivamente). Son numerosos los restos arqueológicos de domus romanas que pueden visitarse turísticamente (en Mérida la casa de los Mármoles, la casa del Mitreo, la del Anfiteatro, y otras). Sin embargo la tercera coordenada espacial (Z, la altura) no es evidente (generalmente se conservan alguna vez, tan sólo los primeros centímetros del altura de los muros) y muy difícil de imaginar.

La construcción requiere el conocimiento y manejo preciso de estos valores de las alturas de los distintos elementos, pues son imprescindibles para la habitabilidad, las proporciones de las estancias y patios, conexiones entre dependencias, entre otras.

Existen una serie de elementos en la Casa de los Mármoles que son fijos e invariables como son los arranques de los muros delimitadores de estancias, las dimensiones y proporciones en planta de éstas, los huecos de paso en los muros, la ubicación de la columnata del atrio porticado, las proporciones del atrium, etc y las basas de diversas columnas y su disposición en la planta de la domus.

A partir de estos datos y, usando bibliografía de reconocida reputación, podemos comenzar a “elevar” el Centro de Recepción de Visitantes desde la planta inicial. Así, la anchura del corredor perimetral de atrium, según la norma descrita por Vitrubio,[1] nos arroja la altura de la columna. Según Vignola,[2] en el estilo corintio (se han encontrado capiteles de este estilo en la Casa de los Mármoles), considerando el radio de la columna en su parte más baja, la altura de la columna es 20 radios, la altura del capitel es de 2 y 1/3 veces el radio y el arquitrabe (viga de coronación sobre columnas) de 1 y ½ veces el radio. De este modo obtenemos la altura del punto más bajo del atrium.

A éste vierten las aguas de los cuatro lados del corredor perimetral para lo que hace falta que exista una pendiente. El menor de los puntos más altos de estos paños (el encuentro con los paramentos) nos lo fija la altura del la clave de los arcos de las exedras y la del acceso a triclinium (el mayor de los dos). Ya vimos como, desde la planta, se definía la altura de la clave de las exedras.

Para definir el acceso al triclinium volvemos a partir de las basas encontradas en la excavación de la Casa de los Mármoles y su disposición. Como se ha comentado, esta vivienda, era propiedad de un señor de cierto prestigio en la sociedad emeritense (lo significan las dimensiones y proporciones de la vivienda, los revestimientos marmóreos, etc). Si a esto se le añade la disposición, número y entidad de las basas encontradas en el paramento de acceso al triclinium, nos lleva a pensar en una entrada magnífica a esta estancia, que el señor de la casa utilizaba para impresionar a sus visitantes, haciendo pareja con el oecus y enmarcado por las dos exedras.

Disco de Teodosio
Disco de Teodosio

Esta magnificencia se representa con la “repetición” de la escenografía observada en el Disco de Teodosio, como símbolo de poder y autoridad, no en vano, se trata de un missorium, es decir, la credencial pública y el regalo personal del emperador que abriría el desfile de un alto cargo de la administración imperial en el momento que tomaba posesión de su cargo. A fines del siglo IV d. C., Augusta Emerita se convirtió en la capital de la provincia más occidental del Imperio Romano. En definitiva, en la residencia oficial del Vicarius Hispaniarum, el más importante funcionario de la administración imperial en Hispania, que había recibido de manos del propio Emperador nuestro missorium como documento acreditativo.

adam_seccionPor otro lado existe bibliografía donde aparecen representaciones gráficas de secciones y alzados de edificios romanos, como es el caso del libro denominado “La construcción romana, materiales y técnicas” de Jean Pierre Adam.

Decíamos al principio que son pocos los restos arqueológicos de domus romanas que han permanecidos hasta nuestros días conservando su desarrollo en altura. Los escasos restos en altura podemos decir que se localizan en Pompeya y Herculano (mas evidentes en esta segunda localidad, de la que se muestran más abajo fotografías), si bien cronológicamente, las construcciones en estas ciudades son propias del s. I (la erupción del Vesubio se produjo el 24 de agosto del año 79) y la Casa de los Mármoles, en la que se inspira el C.R.V. de Mérida es del s. IV. Estos restos nos sirven de inspiración para determinar las proporciones de las estancias, la composición de las fachadas, etc.

Las proporciones de otros elementos menores, como huecos y columnas, aunque fundamentales, serán objeto de otra entrada.


[1] Vitrubio, Los diez libros de la arquitectura, libro IV, capítulo VI

[2] Vignola, Reglas de los cinco órdenes de arquitectura, lámina XXV